Tú me sabes a café amargo en una
mañana otoñal,
me sabes a un té verde con manzanas
al atardecer,
tú me sabes a tantas cosas agradables
al tacto al haber,
eres como el color rojo que se saborea con la piel,
te siento con los dedos y el aroma
es a fe,
colapsas mis sentidos hasta no más poder,
saturas mis respiros con sabor a miel,
detonas los casquillos que alojan
en mi ser,
sinestesia completa es
lo que tú tienes al complacer,
la vida tranquila y el cielo todo esta
en mi piel.